Propiedades antioxidantes de la melisa
La melisa, toronjil o bálsamo de limón (Melissa officinalis L.) es conocida por sus efectos sobre el sistema nervioso. Tradicionalmente se ha utilizado para ayudar a conciliar el sueño y para paliar el estrés.
La melisa y sus propiedades
Sin embargo, no es la única propiedad de esta planta. A sus propiedades digestivas, expectorantes, antivirales y cicatrizantes se unen las antioxidantes. Numerosos estudios han demostrado que los componentes de la melisa poseen una gran actividad antioxidante, lo que abre las puertas a muchas posibilidades para la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Y es que la medicina tradicional es popular en todas las regiones del mundo y su uso se está expandiendo rápidamente incluso en los países desarrollados. A la diversidad de compuestos naturales en las hierbas y sus diferentes funciones en la prevención y el tratamiento de diferentes enfermedades se une su origen natural, lo que las hace más tolerables por el organismo y con menos efectos adversos que los compuestos de síntesis.
La melisa es una de las plantas más utilizadas desde la antigüedad para curar un sinfín de dolencias. Por lo que respecta a las propiedades antioxidantes de la melisa éstas tienen su origen en la gran cantidad de flavonoides que contienen, como la quercitrina, ramnocitrina, luteolina; compuestos polifenólicos como el ácido rosmarínico, ácido cafeico y ácido protocatecuico, además de aldehído monoterpenoide, glucósidos monoterpénicos, triterpenos (ácidos ursólico y oleanólico), sesquiterpenos y aceites esenciales que podemos encontrar en esta planta.
Todos ellos son poderosos antioxidantes. Por lo tanto, la melisa se convierte en un aliado en la prevención y el tratamiento de enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, entre las que encontramos a la diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos neurodegenerativos crónicos (enfermedades de Parkinson y Alzheimer), entre otras, ya que se ha demostrado que el estrés oxidativo está implicado en la aparición y progresión de diversas enfermedades degenerativas, a través de la mutación del ADN, la oxidación de proteínas y / o la peroxidación de lípidos.
¿Cómo ayudan las propiedades antioxidantes de la melisa?
- El extracto de bálsamo de limón tiene la capacidad de eliminar los radicales libres tanto de origen sintético como natural. Eso significa que el extracto puede tener el potencial de prevenir el daño oxidativo in vivo al prevenir el estrés oxidativo mediado por radicales libres. No hay que olvidar que los radicales libres provocan el daño celular causante de muchas enfermedades.
- En un estudio en animales, el extracto acuoso de Melissa officinalis demostraba poseer potentes propiedades antioxidantes y neuroprotectoras, validando su eficacia para atenuar el estrés oxidativo inducido en el cerebro del ratón. Algunos de los compuestos individuales identificados en las muestras (principalmente ácido rosmarínico) podría ser responsable de la actividad antioxidante de la melisa.
- Otro ensayo clínico en miembros del personal de radiología, que están constantemente lidiando con el estrés inducido por la radiación, analizó la capacidad de la infusión de Melissa officinalis en mejorar el estado antioxidante intracelular y reducir el daño del ADN en los miembros del personal de radiología. Tras las pruebas se llegó a la conclusión de que la infusión de Melisa tuvo un efecto positivo en el personal de radiología cuando se utiliza como suplemento dietético para la protección radiológica.
Uno de los beneficios de los compuestos naturales de las plantas es que no suelen tener efectos adversos siempre que se haga un uso adecuado de ellos. La melisa es, en general, una planta bastante segura ya que hasta el momento no se han reportado efectos secundarios cuando se usa por vía tópica u oral en las dosis recomendadas (hasta 30 días) en adultos sanos y cuando se consume en las cantidades que se encuentran en los alimentos. Y al bálsamo de limón se le ha asignado el estado ‘Generalmente considerado seguro (GRAS)’ en los Estados Unidos con un nivel máximo del 0,5% en productos horneados.
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